jueves, 25 de abril de 2013

32 rizos y una oveja

No recuerdo exactamente cuando conocí a la oveja, pero sí que para entonces ni era oveja ni tenía blog. En realidad creo que no existían todavía ni Fareborn ni Twitters. Pero ella ya era una writing star. Por extraño que parezca ahora, ante la ausencia de una plataforma mejor, encandilaba a la gente mediante sus escritos en una página de opiniones, de cuyo nombre no quiero acordarme. Eso sí, os aseguro que por entonces era igual de rizosa, e igual de pava.

Ha pasado mucho tiempo desde entonces, y ha sido un camino con muchas vueltas y revueltas. A veces me mandaba Nestea a Dinamarca, como a la guerra, y alguna vez me la crucé en Barcelona y desvié la mirada. En ocasiones maldije su nombre, y años después paseé con ella por la playa en un Rincón. Todo esto tiene muchas causas que no vienen al caso, pero una de ellas, sin duda, es que ella siempre fue un poco oveja negra. Alguien especial, con una sensibilidad diferente, alguien de difícil encaje en un mundo de gente prefabricada.



Poco a poco, fue haciéndose con un rincón en este mundo de bitácoras y navegantes con menos sal de la que nos gustaría. Empezó a escribir un blog, y Una de Rizos hace tiempo que es un hit mundial, yatusabeh. Ahora es, además, tuitstars (@LaRizos), tiene club de fanses en Fareborn, es Flock Manager, etcéteras. Y aún así, nunca ha dejado de ser ella misma, la niña que escribía en un cuaderno, la adolescente tímida con la que se metían en el instituto y que escuchaba Wonderwall en bucle esperando que la salvaran. La que se muere de risa cuando un día el azar hace coincidir en el mismo bar a dos partes de su pasado barcelonés, y se enfurruña si llueve, y sueña con Nueva York, y corre a por el bikini en abril. La que se mete con mis tortillas atropelladas.

No es perfecta, pero es fantástica. En ocasiones no me entiende, cuando se cabrea se encierra y es como una fosa profunda, y le encanta meterse conmigo, pero es mi amiga. Sé que está ahí y que, aunque a un vuelo (demasiado caro) de distancia, puedo contar con ella. Que, tras todo lo vivido, por todo ello y malgré tout, me conoce y me quiere tal y como soy. Igual que yo la quiero a ella.

Hoy esa fan de Lost, del LoL, de GoT, del WoW, del IRC, del Silent Hill y, resumiendo, de todo lo friki que ha sucedido en los últimos 15 años, cumple 32 añazos. Lo cual me parece una excusa tan buena como cualquier otra para dedicarle este post. Espero haberle sacado una sonrisa, pero sobre todo espero que sean muchos más años, y que yo lo pueda leer.

¡Felicidades y... Balar Morghulis!


lunes, 8 de abril de 2013

Porque el ketchup es aburrido

Para quitar un poco de trascendencia al blog después del post de ayer, (y el tono fúnebre tras la muerte de la Thatcher) me he decidido a hacer una entrada culinaria. No tiene fotos porque no acabaron de quedarme chulas, pero no es muy importante porque es una cosa muy básica.

Si os gustan las hamburguesas, posiblemente las comáis imitación de fast food, con pan y ketchup y lonchas de queso. Lo cual no está mal pero en mi opinión es mejorable. Este fin de semana he cenado hamburguesa viernes y domingo, y en ambas ocasiones me dio por experimentar con acompañamientos para ellas. Por suerte la hamburguesa es agradecida para estas cosas.

Lo primero que intenté fue una salsa de quesos: en medio vaso de nata para cocinar fundí con el microondas queso cheddar rallado, un queso de mostaza que traje de Ámsterdam (pero cualquiera con un sabor fuerte vale), y un poco de queso azul. Unos pocos minutos antes de sacar las hamburguesas de la sartén, eché la salsa para que, cocinándose en ella, cogieran más sabor. La verdad es que estaba de vicio.

Mi segunda idea fue algo más experimental y osado, pero salió bastante bien. Una vez las hamburguesas estaban casi hechas les añadí en a la sartén salsa de mostaza para ensaladas, queso parmesano rallado y orégano. No es que se hiciera una salsa espesa a pesar de que se redujo un poco y el queso se fundió, pero quedó bastante rico y diferente.

La conclusión, en realidad, no es que hagáis salsa de mostaza o de quesos para vuestras hamburguesas (aunque la segunda está de muerte, avisados estáis), sino que cocinar es así de divertido porque te permite ser creativo y combinar las cosas de maneras para las que no fueron creadas. De hecho, a pesar del titulo, la idea no es desterrar el ketchup, sino que se puede usar como base para acompañamientos nuevos. Ya me contaréis.

Por cierto, es la primera vez que incluyo posts de este tipo en mi blog. Me gustaría que los lectores dejéis un comentario para saber si os gusta leer estas cosas o si os parece una bobada. Luego haré lo que me de la gana, pero se tienen en cuenta las opiniones. Un abrazo!

domingo, 7 de abril de 2013

La Razón, contra la austeridad

(introducción: no, no me he vuelto loco. No me refiero al panfleto antisistema. Razón con mayúsculas como muestra de respeto al pensamiento racional, como quien escribe Dios con mayúsculas)

El otro día durante una visita en la oficina un paciente me hizo darle vueltas a sus argumentos respecto a los recortes, bastante más elaborados que la de la mayoría de políticos que los aplican. Vaya por delante que la situación en UK es mucho menos dramática que en España, Grecia, y demás países intervenidos. Pero el Gobierno conservador está aprovechando para introducir en la mente colectiva la idea de que la gente vive de "benefits" (el dinero que da la "seguridad social" británica) por gusto, o sin merecerlo.  Y con esto, pues van disminuyendo su cuantía, promoviendo la competitividad entre organizaciones para que ofrezcan servicios a menor coste (es decir, que sus trabajadores tengan peores condiciones) y, en general, minando el Estado del Bienestar que no se cargó su madre política, Margaret Thatcher.

El caso es que con esta situación, está a punto de cerrar el lugar donde residía este paciente, con esquizofrenia bien controlada y antigua dependencia del alcohol, pero abstinente durante años. Y él, antiguo homeless, está teniendo bastantes problemas para encontrar un sitio donde poder vivir con esos benefits que mencioné arriba. La mañana en que vino a vernos, agobiado porque la situación se prolonga, porque se ve en la calle, antes de llegar se había tomado una cerveza. Y ahí entra su reflexión, que me hizo pensar.

Nuestro paciente se preguntaba "Qué demonios quiere el gobierno, que vuelva a la calle, que vuelva a beber? No lo entiendo, con todo el dinero que han invertido en que me recuperara, en que saliera de la calle, en que dejara de beber. Si ahora vuelvo a acabar tirado en las calles... ¿de qué ha servido todo ese dinero? ¿Por qué demonios se lo gastaron para ahora tirarlo por ahorrarse cuatro libras?".

Sólo pudimos darle la razón y asegurarle que haríamos todo lo posible para que eso no ocurra.

Pero la verdad es que tiene razón. Los gobernantes (y también los "gestores" y "directores" de los centros sanitarios, allí en España). se llenan la boca de "eficiencia". La eficiencia viene a ser la relación entre la eficacia y sus costes. Y este paciente era consciente de que el país había incurrido en un coste para conseguir su recuperación. Y lo había hecho de manera eficaz. Por tanto, ahorrar algo de dinero, mucho menos del invertido previamente, y destruir lo construido durante años, con lo que ha costado, no deja de ser una estupidez. Algo totalmente ineficiente. Algo que no sólo es malo para el paciente, para la sanidad inglesa o para conceptos como la justicia o la equidad. Es malo para el propio gasto del Gobierno inglés.

Así que señores, quítense las caretas. Si quieren recortar en sanidad, no es por eficiencia. Es una cuestión ideológica. Es porque lo público molesta, porque volcar tantos recursos hacia un colectivo como los homeless no aporta nada al beneficio privado.

No obstante, sigo mirando al futuro (laboral) con esperanza. Porque una cosa es segura: no dejaremos que se lo carguen sin luchar.