domingo, 6 de octubre de 2013

Lest we forget

La conmiseración con los animales está íntimamente ligada con la bondad de carácter, así que se puede afirmar que quien es cruel con los animales, no puede ser buena persona. Una compasión por todos los seres vivos es la prueba más firme y segura de la conducta moral - Arthur Schopenhauer

Hasta hace un par de años yo siempre había querido un gato. Pensaba que su manera de vivir y de relacionarse con los humanos se adaptaba mucho mejor a mis propias particularidades, que sería mejor que tuviera un animal de compañía arisco e independiente como yo lo era. Luego conocí a Doll.
Es difícil describir a quien no haya tenido perros como es la relación que tienen sus dueños con ellos. A quien los haya tenido no hace falta explicárselo. El caso es que un día entré en una casa que no era mía y una bola de pelo enorme y ruidosa me saltó encima intentando llenarme de babas. No le hizo falta presentación, ni pensar en si yo estaría ahí para algo bueno o malo. Yo venía con su mami, y ella me quería.
Y yo también la quise.
No sé muy bien cuándo dejaron de ser los perros de mi novia para convertirse en los nuestros, pero tengo que agradecer a mi chica que me permitiera ejercer de papi de sus dos cachorros peludos con naturalidad. Gracias a ellos, he aprendido muchísimo. Doll me enseñó que existe el amor incondicional, la confianza total en alguien. No había nadie en el mundo que pudiera hacerme sentir mejor sin decir una palabra, sólo con su mirada y un lametón en la mano.


Hace dos meses Doll empezó a sentirse peor. Han sido muchos días de viajes al veterinario, de jeringas con medicación, de pruebas y noches en blanco por la preocupación. Han sido dos meses de ver como un bicho al que adoras se apaga a pesar de todo lo que hagas por impedirlo. Esta mañana el corazón de Doll no aguantó más y se paró, tres veces. Y al irse para siempre nos dejó un mundo gris, más feo, más triste, un mundo sin aullidos y babas cuando llegas a la puerta de casa.
Así que hoy toca despedirse, y sólo puedo hacerlo dándole las gracias a la que llegó a ser mi perra. Gracias por aceptarme y quererme desde el primer día, gracias por los abrazos en el sofá, gracias por cuidar de tu amiga humana, gracias por tu cariño mullido, gracias por demostrarme que existe la bondad, y que se puede encontrar la felicidad en un trozo de pan duro. Gracias por hacerme mejor persona.
Espero haber estado a la altura, pero no he sido un dueño perfecto. Siento haber llegado cansado a casa y no haber respondido a tu entusiasmo, siento haberme liado a hablar con alguien y no sacarte más veces a descubrir el mundo con la nariz por delante. Siento no haberte rascado más la barriga o no haberte cepillado más ese pelo que te convertía en un peluche gigante. Lamento profundamente no haber puesto más empeño en hacer tu tiempo aquí, tan fugaz, un poco más feliz, pero espero que lo pasaras conmigo la mitad de bien que yo contigo. Una vez más, me enseñas algo: que es importante demostrar a quien lo merezca que le quieres, que hay que pasar más tiempo con toda esa gente que aprecias, que no vale la pena amargarse por chorradas el poco tiempo que tenemos aquí. Que hay que vivir mejor.
Lo intentaré, mi peluche. Por ti y por mí. Y por eso, hoy comparto del todo la frase que le leí a una amiga hace unos años: “Mi meta en la vida es ser tan buena persona como mi perro cree que soy”. Es difícil, pero tengo que intentarlo.
Joder, joder, joder, Doll. Voy a echarte mucho de menos.


  

viernes, 3 de mayo de 2013

Una confesión

En realidad, yo no pensaba llegar hasta este punto. Yo ya tengo algo serio, estable y de larga duración, y esto no tenía que ser más que un divertimento, algo a olvidar casi inmediatamente.

Y al principio, eso es lo que parecía. Ella se presentó como lo hace siempre con los desconocidos: sobria, gris, incluso distante. Yo la conocía de vista desde hacía tiempo y nunca me había atraído demasiado, precisamente por ese aspecto huraño que se empeña en dar. Como decía, no fue para nada un flechazo: nunca pensé que surgiera.

Fue una cuestión de convivencia, creo. Ni siquiera sé decir exactamente cuando empezó a cambiar la imagen mental que tenía de ella. No sé cuando empecé a vislumbrar la pasión que le pone a casi todo lo que hace, aunque lo esconda.  No tengo claro cuando me fijé en su físico peculiar, en su extraña manera de arreglarse. Ni cuando su compañía se me hizo imprescindible para salir a correr. Tampoco puedo concretar una fecha en que empezara a admirar su amplísima cultura, su capacidad para enseñarme y sorprenderme.

Antes de darme cuenta, estaba enganchado. Como un novato. Y todo se precipitó, claro. Yo quise conocerla más y... mejor. Y ella, una vez la conoces, se deja querer.

Claro que requiere un montón de caprichos, todos ellos de los más caros, que han supuesto un desembolso importante para mi economía de residente. Pero no obstante, siempre me ofrecía algo a cambio. A veces me descubría rincones insólitos, momentos atrapados en el tiempo, mientras me susurraba su historia al oído. Otras me sonreía y alegraba el día con su cara más amable. En alguna ocasión me regaló su humor absurdo, su ironía. He disfrutado un montón los últimos 3 meses, y en gran parte ha sido gracias a ella.

Pero ahora,

Ahora, me toca volver, me toca despedirme. Y, al contrario de lo que pensé, se me hará duro separarme de ella.

Y es que, sí, seguramente lo nuestro sea algo para toda la vida, mi querida Barcelona. Pero ahora, vas a tener que ganártelo día a día: Londres, esta maldita seductora, no va a desaparecer así como así de mi mente. 

jueves, 25 de abril de 2013

32 rizos y una oveja

No recuerdo exactamente cuando conocí a la oveja, pero sí que para entonces ni era oveja ni tenía blog. En realidad creo que no existían todavía ni Fareborn ni Twitters. Pero ella ya era una writing star. Por extraño que parezca ahora, ante la ausencia de una plataforma mejor, encandilaba a la gente mediante sus escritos en una página de opiniones, de cuyo nombre no quiero acordarme. Eso sí, os aseguro que por entonces era igual de rizosa, e igual de pava.

Ha pasado mucho tiempo desde entonces, y ha sido un camino con muchas vueltas y revueltas. A veces me mandaba Nestea a Dinamarca, como a la guerra, y alguna vez me la crucé en Barcelona y desvié la mirada. En ocasiones maldije su nombre, y años después paseé con ella por la playa en un Rincón. Todo esto tiene muchas causas que no vienen al caso, pero una de ellas, sin duda, es que ella siempre fue un poco oveja negra. Alguien especial, con una sensibilidad diferente, alguien de difícil encaje en un mundo de gente prefabricada.



Poco a poco, fue haciéndose con un rincón en este mundo de bitácoras y navegantes con menos sal de la que nos gustaría. Empezó a escribir un blog, y Una de Rizos hace tiempo que es un hit mundial, yatusabeh. Ahora es, además, tuitstars (@LaRizos), tiene club de fanses en Fareborn, es Flock Manager, etcéteras. Y aún así, nunca ha dejado de ser ella misma, la niña que escribía en un cuaderno, la adolescente tímida con la que se metían en el instituto y que escuchaba Wonderwall en bucle esperando que la salvaran. La que se muere de risa cuando un día el azar hace coincidir en el mismo bar a dos partes de su pasado barcelonés, y se enfurruña si llueve, y sueña con Nueva York, y corre a por el bikini en abril. La que se mete con mis tortillas atropelladas.

No es perfecta, pero es fantástica. En ocasiones no me entiende, cuando se cabrea se encierra y es como una fosa profunda, y le encanta meterse conmigo, pero es mi amiga. Sé que está ahí y que, aunque a un vuelo (demasiado caro) de distancia, puedo contar con ella. Que, tras todo lo vivido, por todo ello y malgré tout, me conoce y me quiere tal y como soy. Igual que yo la quiero a ella.

Hoy esa fan de Lost, del LoL, de GoT, del WoW, del IRC, del Silent Hill y, resumiendo, de todo lo friki que ha sucedido en los últimos 15 años, cumple 32 añazos. Lo cual me parece una excusa tan buena como cualquier otra para dedicarle este post. Espero haberle sacado una sonrisa, pero sobre todo espero que sean muchos más años, y que yo lo pueda leer.

¡Felicidades y... Balar Morghulis!


lunes, 8 de abril de 2013

Porque el ketchup es aburrido

Para quitar un poco de trascendencia al blog después del post de ayer, (y el tono fúnebre tras la muerte de la Thatcher) me he decidido a hacer una entrada culinaria. No tiene fotos porque no acabaron de quedarme chulas, pero no es muy importante porque es una cosa muy básica.

Si os gustan las hamburguesas, posiblemente las comáis imitación de fast food, con pan y ketchup y lonchas de queso. Lo cual no está mal pero en mi opinión es mejorable. Este fin de semana he cenado hamburguesa viernes y domingo, y en ambas ocasiones me dio por experimentar con acompañamientos para ellas. Por suerte la hamburguesa es agradecida para estas cosas.

Lo primero que intenté fue una salsa de quesos: en medio vaso de nata para cocinar fundí con el microondas queso cheddar rallado, un queso de mostaza que traje de Ámsterdam (pero cualquiera con un sabor fuerte vale), y un poco de queso azul. Unos pocos minutos antes de sacar las hamburguesas de la sartén, eché la salsa para que, cocinándose en ella, cogieran más sabor. La verdad es que estaba de vicio.

Mi segunda idea fue algo más experimental y osado, pero salió bastante bien. Una vez las hamburguesas estaban casi hechas les añadí en a la sartén salsa de mostaza para ensaladas, queso parmesano rallado y orégano. No es que se hiciera una salsa espesa a pesar de que se redujo un poco y el queso se fundió, pero quedó bastante rico y diferente.

La conclusión, en realidad, no es que hagáis salsa de mostaza o de quesos para vuestras hamburguesas (aunque la segunda está de muerte, avisados estáis), sino que cocinar es así de divertido porque te permite ser creativo y combinar las cosas de maneras para las que no fueron creadas. De hecho, a pesar del titulo, la idea no es desterrar el ketchup, sino que se puede usar como base para acompañamientos nuevos. Ya me contaréis.

Por cierto, es la primera vez que incluyo posts de este tipo en mi blog. Me gustaría que los lectores dejéis un comentario para saber si os gusta leer estas cosas o si os parece una bobada. Luego haré lo que me de la gana, pero se tienen en cuenta las opiniones. Un abrazo!

domingo, 7 de abril de 2013

La Razón, contra la austeridad

(introducción: no, no me he vuelto loco. No me refiero al panfleto antisistema. Razón con mayúsculas como muestra de respeto al pensamiento racional, como quien escribe Dios con mayúsculas)

El otro día durante una visita en la oficina un paciente me hizo darle vueltas a sus argumentos respecto a los recortes, bastante más elaborados que la de la mayoría de políticos que los aplican. Vaya por delante que la situación en UK es mucho menos dramática que en España, Grecia, y demás países intervenidos. Pero el Gobierno conservador está aprovechando para introducir en la mente colectiva la idea de que la gente vive de "benefits" (el dinero que da la "seguridad social" británica) por gusto, o sin merecerlo.  Y con esto, pues van disminuyendo su cuantía, promoviendo la competitividad entre organizaciones para que ofrezcan servicios a menor coste (es decir, que sus trabajadores tengan peores condiciones) y, en general, minando el Estado del Bienestar que no se cargó su madre política, Margaret Thatcher.

El caso es que con esta situación, está a punto de cerrar el lugar donde residía este paciente, con esquizofrenia bien controlada y antigua dependencia del alcohol, pero abstinente durante años. Y él, antiguo homeless, está teniendo bastantes problemas para encontrar un sitio donde poder vivir con esos benefits que mencioné arriba. La mañana en que vino a vernos, agobiado porque la situación se prolonga, porque se ve en la calle, antes de llegar se había tomado una cerveza. Y ahí entra su reflexión, que me hizo pensar.

Nuestro paciente se preguntaba "Qué demonios quiere el gobierno, que vuelva a la calle, que vuelva a beber? No lo entiendo, con todo el dinero que han invertido en que me recuperara, en que saliera de la calle, en que dejara de beber. Si ahora vuelvo a acabar tirado en las calles... ¿de qué ha servido todo ese dinero? ¿Por qué demonios se lo gastaron para ahora tirarlo por ahorrarse cuatro libras?".

Sólo pudimos darle la razón y asegurarle que haríamos todo lo posible para que eso no ocurra.

Pero la verdad es que tiene razón. Los gobernantes (y también los "gestores" y "directores" de los centros sanitarios, allí en España). se llenan la boca de "eficiencia". La eficiencia viene a ser la relación entre la eficacia y sus costes. Y este paciente era consciente de que el país había incurrido en un coste para conseguir su recuperación. Y lo había hecho de manera eficaz. Por tanto, ahorrar algo de dinero, mucho menos del invertido previamente, y destruir lo construido durante años, con lo que ha costado, no deja de ser una estupidez. Algo totalmente ineficiente. Algo que no sólo es malo para el paciente, para la sanidad inglesa o para conceptos como la justicia o la equidad. Es malo para el propio gasto del Gobierno inglés.

Así que señores, quítense las caretas. Si quieren recortar en sanidad, no es por eficiencia. Es una cuestión ideológica. Es porque lo público molesta, porque volcar tantos recursos hacia un colectivo como los homeless no aporta nada al beneficio privado.

No obstante, sigo mirando al futuro (laboral) con esperanza. Porque una cosa es segura: no dejaremos que se lo carguen sin luchar.

lunes, 25 de marzo de 2013

Hello World

Este blog empieza su andadura sin demasiadas pretensiones. Hace bastante (casi 8 años!) que empecé a dejar constancia online de algunas aventuras y pensamientos, y en ese tiempo esto me ha traído algunos disgustos, muchas alegrías y una cantidad sustancial de paz mental.

Desde entonces, no obstante, el mundo ha evolucionado, sobre todo Internet. Ahora tengo facebook y twitter y nubes y watsapp y flipboard y demás historias. Aunque los uso (porque me gustan y me hacen la vida más fácil), algunas veces me encuentro con un pequeño vacío al querer compartir algo que no cabe en Twitter, que no quiero poner en Fb, y que no tenía cabida en mi anterior blog. Creo que la causa de eso es que yo ya no soy el que abrió ese blog. Así que he decidido dar un nuevo paso y cambiarme de casa. Vamos, que llevo ya tantas mudanzas en los últimos meses que he cogido carrerilla.

Aunque no tengo claro donde acabará esta pequeña semilla que hoy planto, sí que sé algunas cosas al respecto que explican el nombre del blog. Primero, quiero hacerlo un espacio más de reflexión que un "diario" en el que escribir cada día. Segundo, no será demasiado uniforme: me gustan la simetría y las autoreferencias pero hacen la labor de publicar más difícil y acaban por arruinar lo que habrían sido buenos posts. Y tercero, me gusta cocinar. Es algo que he descubierto no hace mucho y que estoy disfrutando cada vez más, me permite jugar con creatividad y además ofrecer algo a los demás. Así que es posible que esto se llene de inventos en forma de receta o del testimonio gráfico de algún día de inspiración.

Espero que os guste.

Quien sabe: igual hasta pongo fotos de tortillas xD

Passeu, passeu,
de les tristors en farem fum,
que casa meva es casa vostra
si es que hi ha
cases d'algú.