domingo, 7 de abril de 2013

La Razón, contra la austeridad

(introducción: no, no me he vuelto loco. No me refiero al panfleto antisistema. Razón con mayúsculas como muestra de respeto al pensamiento racional, como quien escribe Dios con mayúsculas)

El otro día durante una visita en la oficina un paciente me hizo darle vueltas a sus argumentos respecto a los recortes, bastante más elaborados que la de la mayoría de políticos que los aplican. Vaya por delante que la situación en UK es mucho menos dramática que en España, Grecia, y demás países intervenidos. Pero el Gobierno conservador está aprovechando para introducir en la mente colectiva la idea de que la gente vive de "benefits" (el dinero que da la "seguridad social" británica) por gusto, o sin merecerlo.  Y con esto, pues van disminuyendo su cuantía, promoviendo la competitividad entre organizaciones para que ofrezcan servicios a menor coste (es decir, que sus trabajadores tengan peores condiciones) y, en general, minando el Estado del Bienestar que no se cargó su madre política, Margaret Thatcher.

El caso es que con esta situación, está a punto de cerrar el lugar donde residía este paciente, con esquizofrenia bien controlada y antigua dependencia del alcohol, pero abstinente durante años. Y él, antiguo homeless, está teniendo bastantes problemas para encontrar un sitio donde poder vivir con esos benefits que mencioné arriba. La mañana en que vino a vernos, agobiado porque la situación se prolonga, porque se ve en la calle, antes de llegar se había tomado una cerveza. Y ahí entra su reflexión, que me hizo pensar.

Nuestro paciente se preguntaba "Qué demonios quiere el gobierno, que vuelva a la calle, que vuelva a beber? No lo entiendo, con todo el dinero que han invertido en que me recuperara, en que saliera de la calle, en que dejara de beber. Si ahora vuelvo a acabar tirado en las calles... ¿de qué ha servido todo ese dinero? ¿Por qué demonios se lo gastaron para ahora tirarlo por ahorrarse cuatro libras?".

Sólo pudimos darle la razón y asegurarle que haríamos todo lo posible para que eso no ocurra.

Pero la verdad es que tiene razón. Los gobernantes (y también los "gestores" y "directores" de los centros sanitarios, allí en España). se llenan la boca de "eficiencia". La eficiencia viene a ser la relación entre la eficacia y sus costes. Y este paciente era consciente de que el país había incurrido en un coste para conseguir su recuperación. Y lo había hecho de manera eficaz. Por tanto, ahorrar algo de dinero, mucho menos del invertido previamente, y destruir lo construido durante años, con lo que ha costado, no deja de ser una estupidez. Algo totalmente ineficiente. Algo que no sólo es malo para el paciente, para la sanidad inglesa o para conceptos como la justicia o la equidad. Es malo para el propio gasto del Gobierno inglés.

Así que señores, quítense las caretas. Si quieren recortar en sanidad, no es por eficiencia. Es una cuestión ideológica. Es porque lo público molesta, porque volcar tantos recursos hacia un colectivo como los homeless no aporta nada al beneficio privado.

No obstante, sigo mirando al futuro (laboral) con esperanza. Porque una cosa es segura: no dejaremos que se lo carguen sin luchar.

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